Los cañones truenan en silencio

Esta guerra es como ver la televisión sin el sonido. A pesar de que se sabe que hay tiros, ninguno de los dos bandos informa, aunque en una guerra de posiciones estática como esta, no haya nada que decir mas que el enemigo bombardea.

A pesar de ser ayer el día más duro de este año, y seguramente esté al nivel de las batallas de verano de 2014 e invierno de 2015, los ucranianos no dicen nada, mientras que el parte de Basurin se ve respaldado por vídeos de los daños e informes de testigos, gente que vive en la línea del frente.

Tampoco hay informes de bajas. De los ucranianos se sabe que son al menos 20 o 30 diarias por informes de heridos que llegan a un par de hospitales de la retaguardia. Los informes novorusos sólo admiten una decena de bajas por semana, lo que enfurece a muchos combatientes, que dicen que en ese aspecto su propaganda se ha puesto al nivel de absurdo de la ucraniana, pero claro, son órdenes del Kremlin de silenciar el conflicto.

Está claro que con que sólo un uno por ciento de los ataques hieran a alguien, con un millar de bombardeos y disparos con toda clase de armas por parte de los ucranianos, por lo menos los novorusos sufren 10 bajas en cada uno de esos días, que sería una proporción favorable del 1 a 3 con respecto a lo que se sabe de las bajas ucranianas, y razonable. El problema es que me temo que las bajas son mucho mayores.

En repetidas ocasiones he dicho que el nivel mínimo de bajas para una guerra de baja intensidad como esta debería ser de cien al día. Por lo que se sabe de las pérdidas confirmadas, esto se ha cumplido para los dos primeros años de la guerra, pues se hace la media de las grandes batallas con los períodos tranquilos.

¿Qué ha pasado entonces en los últimos 12 meses, desde la tercera tregua de Minsk en Septiembre de 2015 hasta ahora? Como no se han producido grandes batallas las pérdidas serían mucho menores. En primavera yo las estimaba en cien bajas diarias, pero supongamos que quizá haya exagerado y la cifra sea menor. Vamos a calcular por lo bajo.

Pongamos que la media diaria en este año es la mitad, 50 bajas diarias, que se ve confirmado con los informes confirmados de heridos graves que llegan a un par de hospitales de retaguardia en Kharkov y Dnipropetrovsk. Ahora bien, a esos 30 heridos hay que sumarles los muertos, en proporción de 1 a 3 en el peor de los casos, y constante dada la muy deficiente sanidad militar ucraniana y la falta de medios de evacuación de las bajas, y de 1 a 5 en el mejor.

Cincuenta bajas no parecen mucho. Es una tasa de bajas de 1 por 1.000. Hay 50.000 soldados en primera línea del frente.  Que a uno entre mil le pase algo malo cada día, en vista del constante bombardeo y tiroteo, no es nada descabellado y es una tasa de desgaste diez veces inferior a lo que cabría esperar en una lucha intensa, como la de la Guerra Civil de España, o la Segunda Guerra Mundial, que las bajas eran tranquilamente un 1 por ciento diario.

El problema es que este goteo de muertos y heridos no cesa ni un sólo día. Desde Marzo por lo menos la lucha es incesante. Salvo algunos días de tregua que en conjunto no creo que lleguen a dos semanas.

Aunque los ucros no hagan grandes ataques si no que se limiten a disparar desde sus trincheras y todo lo más, a avanzar con algunos pelotones de soldados, 50 bajas diarias por 365 días del año nos da unas 18.000 bajas, si se les suma las pérdidas fuera de combate por accidentes, enfermedades, suicidios y deserciones, que son una fracción de las anteriores, y que podemos estimar en base a comparaciones históricas, e informes previos, en un 10% de las pérdidas de combate, se alcanza fácilmente las 20.000 bajas para cuando acabe el año que he previsto anteriormente.

Si descontamos Enero y Febrero como que no pasó nada en esos dos meses, lo cuál no es cierto. Y nos quedamos con el período de siete meses desde Marzo a Octubre, para el que hay informes detallados diarios, vemos que la lucha ha sido incesante. Sólo he tabulado en una hoja de cálculo el período Abril- Julio, pero todos los días se producen centenares de bombardeos y combates. Apenas se han dado diez días de tregua casi completa en ese tiempo.

200 días a 50 bajas diarias confirmadas nos da 10.000 bajas, y es una estimación muy a la baja. Veinte mil, igual me paso un poco. 15.000 y me quedo corto, y de ellos 5.000 son muertos.

Por parte novorusa, a pesar del silencio oficial y la férrea censura, podemos estimar que como poco serán de un tercio de las ucranianas. Todo indica a que la junta de Kiev no ha logrado su objetivo de vencer por desgaste y la violencia in crescendo de los ataques es indicativa de su desesperación, de tratar de provocar una respuesta novorusa y una vuelta a las hostilidades a gran escala que justifique el abandono de las negociaciones y sus peticiones de ayuda militar a la OTAN.

Quizá sea esto el preludio de la tantas veces esperada ofensiva final, atacando en masa y con los cientos de tanques que aún tiene, pero creo que el ejército ucraniano es una fuerza quemada y que los ucranianos están acabados. Estos son los últimos coletazos.

 

5 comentarios en “Los cañones truenan en silencio

    • Pues partiendo de la base de lo difícil que es predecir el futuro, en principio a mejor. Con Clinton la III Guerra Mundial era inminente, y el alivio en Rusia es generalizado. La guerra entra en su fase final, porque Trump está interesado en tener buenas relaciones con Rusia y tenerla como aliado contra el enemigo común, que es el terrorismo islámico. La junta fascista de Kiev se queda sin su patrocinador principal y sin esperanzas de ayuda militar por parte de USA y la OTAN. También Trump tendrá que hacer recortes y no estará dispuesto a meter dinero en el pozo sin fondo que es Ucrania. Sin apoyo financiero externo el régimen de Poroshenko tiene los días contados. Ya sólo cuenta con el respaldo de Alemania, y Merkel seguramente pierda las elecciones en 2017. Creo que la guerra entra en su fase final, pero no sabemos si acabará en tablas, con un conflicto congelado en las líneas actuales, que sería un desastre, pero peor todavía que se aplicaran los acuerdos de Minsk que son una capitulación total a cambio de nada, o si la guerra acabará con un último paroxismo de violencia, con un una ofensiva final a la desesperada de la junta, o que se permita a los novorusos, tras el abandono definitivo de las negociaciones, avanzar para liberar Donbass y quizá toda Ucrania.

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  1. En mi opinión la geopolitica manda, China es el rival emergente de Usa, que además debe cortocircuitar al Islamismo radical, para lo cual necesita al Irán chií, la Rusia ortodoxa, y Japón, contrapesos vitales. .

    Rusia tiene un grave problema demográfico en el Lejano Oriente, la amenaza China es muy real allí.
    Necesita el apoyo Occidental y el sostén desde Alaska..

    Por ello, la coalición Rusia-Usa es una necesidad cada vez más evidente.

    Ucrania, etc… son algo secundario comparativamente.

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  2. Es un tema del que parece que no interesa hablar no entiendo muy bien por qué. Es más, teniendo en cuenta que has sido bastante conservador a la hora de calcular las bajas, me parece un número más que razonable para que salga de vez en cuando en el telediario.
    Saludos.

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    • Es que reconocer la verdad sería admitir la derrota del régimen ucraniano que apoyan la UE y los USA, con lo que ello conlleva, reconocer que hay una guerra civil, no una invasión rusa, y que el otro bando, los prorusos, defiende una causa justa. Revelar la verdad sobre la carnicería supone reconocer que los gobiernos occidentales apoyan a un régimen incompetente y criminal, y que están apoyando al bando equivocado.

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