La estrategia rusa: análisis de Scott Ritter

Un amable lector contribuye este análisis que por su interés lo publico ya que en comentarios ocupa mucho. En lo sucesivo haré lo mismo con otros aportes de los lectores.

En líneas generales lo comparto con la salvedad de que había dos planes: uno de «golpe relámpago» con la toma de Kiev, que fracasó porque fracasó la parte encubierta de lograr apoyos políticos y militares para un cambio de régimen según hemos sabido por revelaciones en fuentes rusas, por lo que la gesta de los paracaidistas en su asalto aerotransportado al aeropuerto de Gostomel no sirvió de nada, y sobre todo porque Zelensky huyó a tiempo y no tenía ya sentido intentar tomar la capital, o al menos la resistencia y las víctimas civiles lo habrían desaconsejado. También que el plan original sufrió alteraciones, como suele suceder, y previenen Moltke (planes que no sobreviven) y antes que él, Clausewitz (fricción).

Otra cosa que Ritter no tiene en cuenta es que la estrategia fue improvisada, aunque claro está basándose en supuestos ya previstos en planes de contingencia. Hubo dudas e indecisión, y búsqueda de una salida negociada.

Sobre los números que da Ritter, la fuerza en Kiev me parece exagerada, de hecho al menos una brigada blindada de la reserva estratégica se envió de urgencia a Kharkov, que obviamente se consideraba mucho más amenazada que la capital.

Y por último, los objetivos políticos cambian según los azares de la guerra. La creación de Novorusia y dejar una Ucrania mermada es un objetivo de mínimos, ahora la dirección política militar rusa se plantea claramente la destrucción de Ucrania y el control de todo el territorio, tal como ha manifestado Medvedev, el segundo de Putin y posible sucesor.

 

Guerra en tres fases

Según Ritter, el conflicto se ha planeado en tres fases.
La intención de Rusia fue desde el principio la de una guerra de desgaste artillero -aprovechando su descomunal acumulación de munición de ese tipo frente a la de la OTAN-. Sólo ese tipo de enfrentamiento garantiza la destrucción del ejército enemigo y, por lo tanto, la forzada desmilitarización de Ucrania.

Sin embargo, había tres aspectos que debían garantizarse antes de iniciar esa campaña.

1) Establecer una corredor terrestre entre Donbass y Crimea, de forma que se evitase la lucha en dos frentes y se pudiera tener total libertad para el traslado de fuerzas a cualquier parte del frente, sin obstáculos.

2) Garantizar el suministro de energía para Crimea y el Donbass, de forma que los previsibles cortes de electricidad no dificultasen las operaciones en la retaguardia o el bienestar de la población civil secesionista.

3) Garantizar el suministro de agua a Crimea.

Para alcanzar esos tres objetivos, se planteo un ataque de movimientos rápidos que ocupasen Kherson, Mariupol, Melitopol y la central de Zaporozhe. Pero este avance impresionante no podía conseguirse si los ucranianos disponían sus fuerzas en la defensa del sur del país. Por eso, se plantearon dos operaciones de despiste.

20.000 soldados fueron destinados a «atacar» Kiev, lo que fijó a más de 60.000 tropas ucranianas en la defensa de la capital. (Si la intención real hubiera sido ocupar o cercar Kiev -como pretenden algunos otánicos del foro-, nadie en su sano juicio hubiera destinado menos de 120.000 tropas a ese fin, para tener un mínimo de posibilidades de éxito).

Visto como finta, cobra todo el sentido la muy publicitada «caravana» de 80 kilómetros que desapareció como mismo había aparecido. Una mera estrategia para despistar y obligar a los ucranianos a considerar que ése era el objetivo principal. Sin embargo, cualquier estratega entiende que la conquista de la capital iba a consumir una serie de recursos brutales, y supondría una enorme carga -mantener y controlar a varios millones de civiles- si estaba en manos rusas. Por supuesto, Zelensky y su gobierno se hubieran trasladado a Lvov y no hubiera supuesto ningún inconveniente, mucho menos la caída del régimen. Por el contrario, cientos de miles de soldados rusos hubieran quedado atrapados en la ocupación de Kiev, quedando expuestos a los ataques ucranianos en el Este y el Sur.

Otros 10.000 soldados se destinaron a fingir la inminente conquista de Odessa, lo que obligó a los ucranianos a fijar 40.000 soldados en la defensa de Odessa frente a un «inminente desembarco». (Parte de esta comedia, la sonada conquista de la isla de las Serpientes y el despliegue de la flota rusa con su buque insignia).

Los ucranianos, teniendo más de 100.000 soldados atrincherados en Donbass, 60.000 en la defensa de Kiev, y 40.000 en la defensa de Odessa, se quedó sin efectivos para la defensa de cualquier otro frente. Y eso explica como los rusos, en apenas una semana, se hicieron con todo el sur del país -Kherson, Melitopol y la central de Zaporozhe- sin apenas resistencia.

Completada la primera fase de la operación, con el agua, la energía y el tránsito de tropas garantizados entre Donbass y Kherson, se hizo una reasignación de efectivos. Se produjo la sonada retirada de todo el norte del país, para disponer esas fuerzas en el frente del Donbass, donde comenzaría la batalla artillera de desgaste, sin límite de tiempo.

Ritter prevé una tercera fase, una vez el ejército ucraniano haya sido completamente destruido en Donbass. El avance hacia Kharkov, Zaporozhe, Dnipropetrovsk y Odessa. En ese momento, se habrían alcanzado los objetivos reales de la operación, que no es otro que la creación de Novorusia, dejando a Ucrania aislada del Mar Negro y convertida en un estado tapón sin apenas recursos para suponer una amenaza seria para Rusia en el futuro.

 

3 comentarios en “La estrategia rusa: análisis de Scott Ritter

  1. Estimado Zhukov, clarísima exposición.

    ¿Podría usted darnos el nombre de alguno de los generales que han ideado ese plan? Su tocayo Zhukov fue un genio militar, pero parece que la tradición continúa.
    .
    La palabra que en griego antiguo significa técnica (Techné) en latín se traduce por Ars-artis.

    Desde esta perspectiva, los militares rusos han hecho de la guerra un arte.

    Merecen todo nuestro reconocimiento. Menudo nivel.

    Tengo entendido que toda invasión, dejo al margen que esta operación no lo es, pero supongamos que lo fuera, exige del invasor una inversión en tropas que, a veces, debe superar al invadido en una proporción de 1 a 3.

    Pero no fue así el 24 de febrero. Encima, según he leído en esta misma página, Rusia está empleando una parte, si no muy modesta, sí moderada de su poder militar.

    Y, a pesar de todo, es capaz de llevar a cabo esta obra maestra, una exhibición magistral de dominio y movimiento, como el arte del calígrafo, que dejando trazos en apariencia inconexos, ofrece al final un dibujo perfecto en claridad y simetría.

    Quizá, y teniendo en cuenta otra de las grandes tradiciones de la Madre Rusia, el baile, como una danza sinuosa, de lentas cadencias, pero perfectamente acompasada.

    Permítame que ambiente la escena con la exquisita suite nº 3 de Spartacus de kachaturian. Delicadeza en estado puro. Alma rusa. Es imposible no emocionarse.

    Gracias, Zhukov

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  2. Ese plan me resultó de una lógica aplastante. Kiev era el cebo en el anzuelo y el pez se lo tragó entero. El objetivo sur era primordial, se necesita terreno para maniobrar y a la vez crear amenazas que hay que cubrir, dispersión de recursos del contrario. Luego la amenaza en el Dombas.
    Ese está siendo un éxito, tritura tropas, material y moral.
    Acabo de leer que Dolyna ha sido liberada, lo que hace que si Krasnopol no lo está, está a punto eso nos sitúa en la M03, el camino a Slaviansk/Kramatorsk queda abierto.
    Ahora llegaríamos la cuestión de si conviene de entrada asaltarlas. Se que son un gran símbolo, pero las vidas son más importantes. Cercar las y dedicarse a sus defensas exteriores, amagos de ataques que les obligue a gastar sus reservas de munición, ésta es finita, al final tendrán que tirar piedras.
    Usando la astucia y el juego de «humo y espejos» solo les quedará rendirse.
    Suena loco pero la guerra ya es en sí una locura.

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  3. Sí, yo también coincido en gran medida con el análisis del autor y en la observación de Zukhov sobre la toma de Kiev.
    Había un escenario ideal que era el colapso de las autoridades y el Ejército ucraniano ante lo que se le venía encima, se esperaba la rendición masiva de militares ucranianos y apoyos en la sociedad ucraniana, esto no sucedió, ya sea por un error de estimación de la inteligencia rusa, ya sea por la contrainteligencia ucraniana que cortó de raíz cualquier apoyo popular y político o por las dos cosas.
    El hecho es que a los pocos días el Ejército Ruso era consciente de la imposibilidad de tomar Kiev, pero aún más, yo diría la inutilidad de tomar Kiev.
    Es una opinión personal pero, en menos de 72 horas pasaron los rusos al escenario más plausible que fue el que estamos viendo día a día.
    El semicerco a Kiev obligó fijar a los ucranianos muchas unidades en Kiev para su defensa, tuvieron que mantener en el Donbás también muchos efectivos y lo mismo en Odesa, esto permitió más rápidamente a los rusos ocupar toda la franja sur desde Jersón hasta Donetsk y Lugansk, ocupando y controlando el bajo Dnieper este. Y después a ocupar el Donbás, luego irá Odesa y lo que le queda de costa a Ucrania.
    Respecto a lo que apunta usted, Juan G., es cierto, el Ejército Ruso tiene la iniciativa de o bien rodear o bien meterse en Sloviansk y Kramatorsk.
    Estas localidades tienen una superficie casi el doble que Severodonetsk y alto valor simbólico, veremos como deciden afrontar el reto.

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