Pérdidas de Ucrania: Septiembre a Octubre

Sobre los informes de bajas:

En los informes publicados por diversas fuentes como Readovka el frente, como corresponsales y combatientes, que luego son compilados por el ejército ruso en sus comunicados oficiales, pero para el que desconfíe de la versión oficial son más valiosos los datos publicados por milicianos de Donbass, voluntarios y corresponsales de guerra independientes. Todos los datos de bajas ucranianas sufridas en los ataques están confirmados por recuento de cadáveres recogidos en el campo de batalla o mensajes de radio interceptados y blindados destruidos. Por cada muerto hay que contar mínimo el doble o triple de heridos.  Hay que destacar que los blindados y otro material de guerra destruido puede confirmarse por fotos o vídeos, y que se cumple siempre la proporción mínima de 10 bajas por cada tanque, blindado o pieza de artillería destruidas. De hecho la proporción real es mucho mayor, estos informes tienen un sesgo porque sólo cuentan los muertos y en estos ataques la mayoría de las bajas son muertos al ser destruidos los tanques y blindados con sus tripulaciones y pasajeros, y ser muy difícil evacuar a los heridos. También por esa razón se hacen muy pocos prisioneros, apenas un puñado, o un 10% de las bajas del enemigo.

A destacar que son una fracción del total, según el informe del general Surovikin las pérdidas ucranianas oscilan entre las 600 y las 1000 diarias durante Octubre. Esto de hecho es un nivel de pérdidas menor que el sufrido durante septiembre, que el promedio fue de mil diarias, del que hay confirmación por  fuentes de retaguardia ucraniana y medios occidentales, de hospitales colapsados en toda Ucrania con miles de heridos.

En estos ataques a escala batallón en los frentes activos de Lugansk y Kherson, que son los más publicitados, los ucranianos sólo pierden un par de cientos de bajas, el resto son sufridas en la rutina de lucha de posiciones y bombardeos a lo largo de todo el frente y en especial en la lucha de desgaste en el saliente de Donbass.

En cuanto a las pérdidas rusas, en los combates defensivos que son un ejercicio de tiro al blanco, apenas sufren bajas, aparte de las infligidas por la artillería ucraniana, que a veces se apunta un tanto, como en Kherson que un cohete HIMARS acertó ayer 25 Octubre en un cuartel de los chechenos y causó un centenar de bajas (40 muertos 60 heridos). El ratio de pérdidas propias a enemigas varía de entre 1 a 10 para una lucha defensiva a 1 a 5 en los asaltos de posiciones fortificadas en el saliente de Donbass.

La milicia de la defensa territorial: el último recurso

En los informes del frente se menciona a veces que en algunos sectores se retiran las unidades del ejército regular y son reemplazados por los territoriales. Esto es significativo: durante el verano el ejército ucraniano recurrió a las milicias de la «teroborona» para defender frentes estáticos mientras se acumulaba una masa de maniobra con unidades instruidas por la OTAN para las ofensivas de Kherson y Kharkov. Ahora la aparición de  milicias territoriales en un sector del frente indica en un sentido táctico, que se renuncia a atacar en ese frente y las unidades mejor preparadas son retiradas para ser reconstituidas y empleadas en otros sectores.

En el sentido estratégico, el recurso a esta milicia es un indicio del agotamiento de las fuerzas ucranianas. La ventaja numérica que se logró con la leva en masa de reservistas y territoriales y el debilitamiento de las fuerzas rusas, que llegó a ser de una ventaja de 3 a 1, 300.000 soldados contra cien mil ha desaparecido. Siendo optimistas, no parece que las fuerzas ucranianas tengan la fuerza suficiente para seguir con las ofensivas en Kherson y Lugansk, durante las últimas tres semanas lo máximo que han logrado son ataques con dos o tres batallones de infantería y un par de compañías de tanques, considerados como simples reconocimientos, todos rechazados. No osbtante, es más probable que el problema no sea la falta de tropas ni la impericia del mando y los ejecutantes, si no las dificultades de suministro por la falta de transporte causada por los bombardeos en la retaguardia, sobre todo en el sector de Lugansk. Al fracasar en alejar a los rusos de Kupyansk para poder reconstruir el puente, los suministros al ejército ucraniano al otro lado del río Oskol llegan sólo dando un rodeo por el sur del embalse y por puentes provisionales, que como en las cabezas de puente en el río Ingulets en Kherson, son hostigados por el fuego de artillería y los ataques nocturnos de los helicópteros rusos.

Las bajas en Septiembre y Octubre suman ya 50.000 o tantas como los rusos han sufrido en toda la campaña hasta ahora. Otro indicio que confirma las pérdidas es que se sacaron tropas de Kiev y Kharkov para apoyar las ofensivas y ahora ante la amenaza de un despliegue ruso de menos de 10.000 hombres en Bielorrusia, el régimen se ha visto obligado a recurrir a unidades en instrucción y cadetes de las escuelas militares para formar a toda prisa unidades con las que  proteger la frontera de Bielorrusia, como esta es una tarea sencilla porque basta con bloquear las escasas carreteras que cruzan los pantanos de Pripyat, indica la escasez de tropas para cumplir todas las misiones: ofensivas en Kherson y Lugansk, hasta ahora atascadas, mantener las posiciones en el saliente de Donbass, y en especial en Artemovsk, y quizá preparar una ofensiva en el frente central en Zaporozhe. Están empeñadas todas las tropas y no hay reservas.

Como confirmación final, el régimen de Kiev ordena una leva más para «peinar» la retaguardia de los últimos restos, ya llaman a filas a los hombres de hasta 60 años, con una novena (!) movilización. La comparación con la Volkssturm de la agonía de la Alemania nazi es muy apropiada.