Análisis militar del año 2019

Nota del autor: Este análisis fue escrito en Enero de este año, antes de que obligaciones laborales, y responsabilidades familiares me impidieran publicarlo, y luego sucedió la epidemia de corona virus.
Sé que parece una broma macabra cualquier análisis  de una interminable y monótona guerra de posiciones en la que nada cambia y que sería una absurda farsa si no fuera tan trágica. La guerra el año pasado bajó de intensidad, pero por desgracia continúa. De hecho la situación es peor bajo Zelensky que en los últimos meses de Poroshenko, y se ha agravado en los últimos meses pasada la reunión de Minsk.
Situación general geopolítica
En lo esencial poco ha cambiado, desde que escribí mis previsiones, en su mayoría acertadas el verano pasado
No hay solución política a la vista pues Zelensky es incapaz de hacer la paz, y aunque quisiera, los americanos no lo permitiría. El gasoducto Nordstream-2 no ha podido ser completado debido a las amenazas americanas, y hasta que se completen las últimas cien millas, el régimen de Kiev todavía contará con los ingresos del tránsito de gas, permitiéndole la subsistencia al menos durante un año más.  Lo que por desgracia permite aplazar cualquier reanudación de hostilidades hasta ver si surge un nuevo gobierno americano que les preste apoyo. Reanudar la guerra con la esperanza de provocar una intervención de los USA para evitar la derrota definitiva es una opción muy arriesgada y sólo se producirá si no hay otra.
En cuanto a Rusia y las reformas políticas, económicas y sociales anunciadas por Putin.
Se trata de un programa de desarrollo a largo plazo que no cuadra con los preparativos militares en curso, desde creación de regimientos pontoneros a baterías de artillería de costa, para una guerra terrestre a gran escala, que si no es inminente, se está planeando ya, como advirtió el jefe del estado mayor ruso a los agregados militares extranjeros.

 

Parece que  cumplidos los objetivos mínimos del rearme y habiendo ganado tiempo para llegar hasta 2020, los estrategas rusos y Putin creen que lo peor ya ha pasado y se sienten seguros, y lo fían todo a la disuasión nuclear gracias a las armas hipersónicas y las mejoras en los misiles nucleares. A una guerra convencional con un ataque a los puntos débiles de Rusia como Kaliningrado o las islas Kuriles se responderá con ataques nucleares de precisión contra Washington o Tokio sin que el presidente americano  tenga tiempo siquiera de abrir el maletín nuclear. Rusia tiene ahora mismo, o en breve, supremacía nuclear estratégica, y si quisiera podría iniciar una guerra nuclear preventiva y ganarla, o al menos intimidar al contrario con esa posibilidad para imponerle su voluntad que es exactamente a lo que aspiraban los americanos con respecto a Rusia y China a comienzos de este siglo.

Parece que Putin cree que se han asegurado la paz, al menos durante varios años, hasta que los USA se pongan a la altura, y ahora toca desarrollar la economía y fomentar la natalidad para ser más fuertes en el futuro.

 

Por desgracia para Donbass y Ucrania, eso quiere decir que se descarta la intervención del ejército ruso, aunque por si la disuasión nuclear falla, el ejército ruso se prepara para la guerra, ya sea en los países bálticos o en Ucrania.
De todas formas hay razones para pensar que aunque la agonía de Ucrania es más larga de lo esperado, los rusos están ganando sentados. Les basta con esperar al colapso y recoger los pedazos. De hecho, quizás Vladimir Putin tomó la decisión correcta, para Rusia, de no intervenir y no tener que asumir la pesada carga de la reconstrucción de Ucrania.

Balance de la guerra durante el año 2019

Cassad publicó un sumario con las bajas oficiales que dan cada bando,

claramente subestimadas, pero eso ya lo sabemos. Mi comentario:

 

Pérdidas de los defensores de Donbass

Oficialmente la milicia de Donetsk admite 150 muertos, pero por redes sociales se confirma que en 2018 fueron más de 400 y eso supone como mínimo el doble de heridos.

МЕМОРИАЛ ГЕРОЕВ ДНР | ЛНР

La cifra de bajas civiles, según informes de la ONU y la OSCE , es de 25 muertos y 130 heridos, es decir 150, y se observa que se cumple la proporción que es un 10% de las pérdidas militares.

En total, los novorusos sufrieron unas 1.500 bajas militares el año pasado.

Seguramente en estos informes se  basa el bando ucraniano, que dice que ha inflingido a las fuerzas de las repúblicas 600 muertos y 900 heridos. Como su propaganda no tiene ninguna credibilidad, parece que esta vez se limitan a dar una cifra que confirman extraoficialmente las fuentes novorusas. Tampoco pueden exagerar las pérdidas de los rebeldes porque supone admitir que ellos están atacando, y cualquier mención de la intensidad de las hostilidades suscita inquietud sobre las pérdidas propias.

No es una coincidencia lo que dijo el senador ruso Klinsevich, que está en el grupo de contacto de Minsk y que admitía que los combates y bombardeos siguen en una media de 50 diarios, cada «incidente» implica varios disparos, si no docenas, disparos de por armas pesadas, o tiroteos de armas ligeras y ametralladoras.

Al que quiera más detalle, están las tablas de los informes oficiales  de la OSCE,
que aunque son limitados y  parciales,  dan una idea más precisa de la intensidad de los combates del día 15 de enero, una rápida cuenta aproximada indica que se registraron unas 700 explosiones de todos los calibres. Llama la atención que el número es muy superior a los partes oficiales de la DNR, aunque obviamente esto se explica por la censura por motivos políticos, para no alarmar a la población civil, y claro está, el informe de la OSCE también cuenta los disparos que hacen los novorusos, que oficialmente respetan el alto el fuego y responde sólo si son atacados, pero las bajas ucranianas lo desmienten.
Como ya ha he mencionado en análisis anteriores, la experiencia histórica y empírica ha probado que sólo un 10% o menos de los intercambios de disparos, sean bombardeos o disparos, causan bajas. Si del año restamos un par de meses sumando las semanas en las que ha habido treguas, cincuenta bombardeos a una media de 500 explosiones,  fácilmente puede causar cinco bajas diarias entre muertos y heridos, multiplicado por trescientos días da exactamente el millar y medio de bajas sufridas por los novorusos, y de las que hay constancia. Por desgracia pueden ser mayores.
Pérdidas del ejército ucraniano en 2019

Por su parte los mandos novorusos, atrapados entre la necesidad de decir a los habitantes de Donbass que los ataques de los ucranianos no quedan impunes y las conveniencias políticas del Kremlin que censura la información sobre la guerra, filtran algún vídeo e informan tibiamente que las bajas ucranianas en realidad son un tercio (un 30%) más altas de las que admite el régimen, 100 muertos y 700 heridos en números redondos, para justificarse y pretender que sufren la mitad de las pérdidas que infligen a los novorusos. No hace falta decir que si el ratio de pérdidas fuera favorable, o al menos igual, para los ucranianos, ya habrían ganado la guerra hace años por desgaste.Pero aquí se ve que por las mismas razones, los novorusos tampoco pueden alardear de las pérdidas infligidas al enemigo, para no socavar la posición de Zelensky y no perjudicar las negociaciones sobre el tránsito de gas. En realidad las pérdidas infligidas al enemigo no son un tercio más de lo que admite oficialmente Kiev, son el triple, si se suman los partes de ambas repúblicas, el total de pérdidas del enemigo, confirmadas por mensajes de radio interceptados y otras fuentes es de 650 muertos y unos 1.500 heridos.En suma, durante el año 2019 los ucranianos han sufrido como poco 2.000 bajas, además de 800 desertores sólo en el sector de Lugansk, pero como decía una noticia del 8 de Enero, las fuentes oficiales ucranianas reconocían 1.200 desertores. 

Posible descenso de las pérdidas al emplearse medios de destrucción de menor potencia

Recordando la frase de Einstein sobre una hipotética III Guerra Mundial y las que le seguirían, la guerra empezó con tanques, cañones y aviones a reacción, dada la continua degradación de las capacidades militares del ejército ucraniano y la escasez de munición ¿acabarán luchando con arcos y flechas?

¿Es posible que la guerra disminuye en violencia y bajas por falta de material y munición? En el ejército británico hay un dicho de los oficiales de artillería que sin su arma, la guerra sería «una vulgar reyerta sin dignidad» ¿O el descenso de la intensidad de los combates y de las pérdidas humanas en consecuencia se debe a motivos políticos?

Obviamente, el agotamiento del material, las municiones y las tropas forzosamente lleva a una disminución de los intercambios de fuego, hasta que se apague la guerra por imposibilidad de continuarla. Paradójicamente, este decrecimiento, al reducir el consumo de municiones y el desgaste hace que la guerra se prolongue, y continúe la trágica pérdida de vidas porque los combates no tienen ningún efecto decisivo, y se retrase la decisión final por desgaste acumulado.

El aumento de los combates a corta distancia puede aumentar las bajas
Pero también es posible que la falta de munición para la artillería no contribuya a reducir mucho el derramamiento de sangre. Los morteros pesados de 120mm son casi tan letales o más que la artillería del mismo calibre, y constantes escaramuzas y pequeños ataques de pelotones de soldados pueden a la larga costar más vidas que intensos bombardeos y ataques con tanques.
Parece como si los ucranianos combatieran mejor, porque las pérdidas son menores y  están más equilibradas que en años anteriores, pero se trata de una estimación mínima y  en lo esencial nada ha cambiado, si no es a peor para los ucranianos. En una guerra de posiciones, el atacante siempre sufre más bajas que el defensor, y sin artillería ni tanques ni blindados para atacar a largo alcance con una seguridad relativa, los ucranianos tienen que aproximar sus trincheras para estar a distancia efectiva para emplear los morteros, ametralladoras, lanzagranadas,  RPG y fusiles, lo que les a su vez les expone al fuego de todas esas armas. Y en efecto, así ocurre, los ucranianos han avanzado sus posiciones y ocupado casi toda la «zona gris» o «tierra de nadie» de separación entre las fuerzas según los acuerdos de alto el fuego y la situación es la clásica de una guerra de trincheras.

¿Puede que esta pequeña guerra con fusiles y ametralladoras sea incluso más costosa que los bombardeos?

Eficacia de las armas ligeras

Excluyendo los desertores, la cifra de bajas parece muy moderada con respecto a años anteriores que era de varios miles de bajas al año. Ahora son «sólo» un par de muertos y media docena de heridos al día por bando, en el mejor de los casos. Indudablemente hay una disminución de los bombardeos, en los que la artillería sólo se utiliza ocasionalmente, pero eso no impide que una guerra de posiciones con fusiles, ametralladoras y morteros no sea también sangrienta. Los tiroteos de una trinchera a otra no son inofensivos fuegos artificiales, he leído un estudio médico de un hospital ucraniano que indicaba que aún en los años 2014-2015 con su empleo masivo de artillería y blindados, los heridos por balas de fusil y ametralladora constituían el 30% del total. Una cifra más propia de una guerra de guerrillas como Vietnam, en la que se observa esa misma proporción.

Las estadísticas americanas de pérdidas de Vietnam sólo cuentan los muertos, lo que plantea la duda de si las balas son más letales que la metralla, pero creo que las proporciones serían similares para los heridos.

Según los estudios estadísticos sobre las dos guerras mundiales, la artillería causaba entre 2/3 y 3/4 partes de las bajas, por lo que la eficacia de los fusiles de la infantería es baja. Así por ejemplo, en Diciembre de 1915, Lloyd George estimaba que la ametralladora Vickers causaba el 80 por ciento de las bajas del enemigo en el campo de batalla, a pesar del hecho de que el ejército británico sólo tenía entonces dos máquinas por cada 1.000 hombres.

Claro está, es una afirmación bastante exagerada, lo que detenía los asaltos de la infantería era el fuego de barrera defensivo de la artillería enemiga, tanto o más que las ametralladoras,  pero una de las lecciones que el ejército alemán aprendió de la Primera Guerra Mundial, y que volvió a demostrarse en la Segunda, era que la potencia de fuego de la infantería y su capacidad defensiva se fundaba en las ametralladoras, y los fusileros sólo servían poco más que para hacer bulto y acarrear cintas para las máquinas.

Pero cuando la infantería en vez de con fusiles de cerrojo está armada con fusiles automáticos, en esencia ametralladoras ligeras, además de las ametralladoras de cinta, el volumen de fuego resultante es tal, que a pesar de ser un derroche de municiones, forzosamente tiene que infligir más perdidas, y contribuir al estancamiento de una guerra de trincheras en la que la infantería sin apoyo de  blindados no puede avanzar ni consolidar el terreno conquistado, como se explicaba en esta entrada.

Armas automáticas y la paradoja de Jevons

Es muy llamativa e intrigante la elevada proporción de heridos de bala, aunque la guerra tuvo en gran parte el carácter de una lucha de guerrillas con los milicianos emboscando a las columnas de blindados y vehículos ucranianos con fusiles y RPG, esa clase de lucha no suele infligir grandes pérdidas, y por parte ucraniana no hubo grandes asaltos de infantería a pie contra posiciones atrincheradas, como en las guerras mundiales. La mayor parte de las pérdidas ucranianas lo fueron al ser cercados en bolsas que fueron sistemáticamente machacadas con artillería y lanzacohetes a distancia, sin emplearse las tropas y blindados novorusos en ataques concéntricos para reducir las bolsas más deprisa. Por ello lo previsible sería que la mayor parte de los heridos fueran por metralla y no por bala.

Claro está, los cercados en bolsas perecieron o fueron hechos prisioneros, por lo que el estudio tiene el sesgo de que sólo cuenta a los heridos afortunados de ser evacuados a la retaguardia ucraniana, pero de todas formas la proporción de heridos por bala es inusualmente alta y confirmación de que los fusiles automáticos son armas más eficaces de lo que pensaba.

 

No puede probarlo, pero creo que de ese 30% de heridos de bala, la mayoría lo fueron los fusiles Kalashnikov AK-74 calibre 5.45mm de los milicianos, pues en 2014 las ametralladoras de posición de calibre 7.62mm largo (.62 x 54 R), normalmente no se emplearon en misión de fuego sostenido sobre trípode para batir grandes sectores con fuego cruzado, como en las trincheras de la Gran Guerra, si no generalmente como ametralladoras ligeras de pelotón sobre bípode, y en cuanto a las ametralladoras de gran calibre, de 12,7mm, éstas son escasas, y mucho más letales, por lo que pocos serán los heridos por ellas.
Conclusiones finales:

Que el año 2019 haya sido tan fútil como los anteriores de guerra de posiciones, incluso más todavía porque al disminuir los combates se haya alargado la agonía, no quiere decir que la guerra se esté acabando, o vaya a acabar por la impotencia del ejército ucraniano.

Las bajas habrán sido, quizá, menores que en otros años, pero sí son significativas. La falta de efectivos es crítica, no tanto por las pérdidas en combate, como por la imposibilidad de reponer las pérdidas

Hasta el punto de que los ukros confiscan los documentos de identidad a los soldados para que no deserten. Más de un millar de deserciones el año pasado, y eso que es un ejército de voluntarios.

В УНМ рассказали о борьбе с дезертирством в одной из бригад ВСУ

Sobre una fuerza teórica de 100.000 hombres, los desertores no serían más que el 1%, y las pérdidas no recuperables en combate sólo serían un millar de muertos, otro 1%. Si no pueden permitirse unas pérdidas tan pequeñas es que no hay reemplazos para cubrirlas. Cuando los voluntarios que están sirviendo se licencian, ya no llegan otros.

Además de los desertores, resulta sintómatico que en una noticia de hace unas semanas hubieran muerto un par de soldados ucranianos al colocar una mina que tenían ambos más de 50 años. Y no son casos aislados. Ya en mayo de 2019 señalaba la presencia de soldados muy viejos

https://guerraenucrania.wordpress.com/2019/05/29/mas-cerca-del-fin-de-la-guerra/

Tal como preveía en análisis anteriores, para el otoño de 2019 sería necesario volver a reclutar soldados de leva. Tal como era previsible, la leva ha sido un fracaso como todas las anteriores, y sólo se presentaron el 8% de los reclutas, a pesar de las redadas para que la policía se llevara a rastras literalmente a cualquiera que pasara por la calle.

La confirmación final del agotamiento del ejército ucraniano por las pérdidas de cinco años de guerra y la desmoralización de la sociedad ucraniana es que la marioneta Zelensky ha bajado la edad de reclutamiento a los 18 años (!!), desde los 20, y además han aumentado el plazo en filas a un año y medio (un año para los que tienen educación superior)

Зеленский подписал закон о возобновлении призыва с 18 лет и стал терять рейтинг

La razón de esta medida es que los jóvenes que acaban la escuela, se marchan a trabajar al extranjero antes de que los llamen a filas. Ante la ruina de Ucrania, esta desbandada masiva de hombres no sólo está privando al ejército de reclutas, si no que incluso en la economía empieza a haber problemas para encontrar trabajadores.

5 comentarios en “Análisis militar del año 2019

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